Los mensajes colocados en las cuentas de quienes arremeten contra su vida, en especial los adolescentes, evidencian frustraciones, temores, desespero y los problemas familiares. Expertos aseguran que hay que prestar atención a este tipo de publicaciones; de ignorar los mensajes el desenlace será fatal.
Algunos adolescentes han denominado esta práctica como el “suicidio virtual”, a través del cual muchos se hacen
visibles ante una sociedad que los ha rechazado o ignorado por mucho tiempo. Ese fue el caso de Amanda Todd, una canadiense de 15 años que conmocionó al mundo a través de un mensaje que compartió en YouTube. En él aparece la víctima acompañada de letreros que narraban su historia; el bullying virtual al que fue sometida, la llevó a quitarse la vida en octubre del año pasado.
Pero el caso de Amanda no ha sido el único; una adolescente peruana anunció su suicidio a través de la red social de Facebook. La menor de 15 años publicó que haría un viaje muy largo, sin embargo nadie prestó atención a estas palabras y la joven se suicidó la mañana siguiente.
El cantante de rap Freddy E. anticipó por Twitter la forma en que iba a morir; minutos después de escribir la siguiente frase a través de su cuenta oficial “Si hay un Dios entonces él me llama a casa. Este cañón nunca se sintió tan bien al lado de mi bóveda. Hace frío y prefiero morir que vivir solo, pongo el dedo alrededor del gatillo”, el rapero se pegó un tiro en la cabeza.
Expertos aseguran que las razones más frecuentes por las que los adolescentes deciden atentar contra su vida, son problemas con sus padres, una ruptura amorosa y el ya conocido bullying; este último que ha cobrado tanta fuerza en el mundo escolar.
Para combatir esta lamentable y trágica práctica, las compañías de Mountain View y Palo Alto, California, han desarrollado campañas a través de las redes sociales, que buscan principalmente atender y ayudar a las personas que presentan un perfil suicida: depresión, trastorno bipolar, consumo excesivo de drogas y alcohol, sentimientos de angustia, irritabilidad o agitación, sentimientos de desesperanza y de complejo de inferioridad, un intento previo de suicidio, abuso emocional, físico o sexual, falta de acompañamiento y atención por parte de la familia y problemas en el colegio y/o universidad.
“En el caso de Facebook, los usuarios ahora podrán reportar publicaciones sospechosas, mediante el sistema de ayuda que notifica lo siguiente, además de solicitar el nombre de la persona que pública los contenidos, dirección URL del perfil e información adicional de relevancia: IMPORTANTE: Si has encontrado en Facebook que alguien amenaza explícitamente con suicidarse, por favor, comunícate inmediatamente con la policía o llama a una organización de apoyo.
Por otro lado, El gigante de Google ha integrado a su motor de búsqueda una característica que se activa en el momento en que el usuario este haciendo indagando sobre información relacionada con el suicidio en repetidas ocasiones, se trata de un teléfono rojo que comparte el número de emergencias” (bit.ly/14wcWDw).
Las cifras son aterradoras; pero para muchos, el suicido no está relacionado con la acción de quitarse la vida. En
Holanda, para el grupo de arte Geek Moddr “el suicidio no es más que una metáfora sobre el fin de la vida mediada por computadores y redes sociales.
Una vida artificial donde los usuarios les regalan sus más íntimos secretos a las corporaciones y a los Estados. La vida, para ellos, es para disfrutar experiencias reales: nada que el mundo 2.0 pueda superar, nada que la virtualidad pueda reemplazar. Por eso desarrollaron la Suicide Machine: una máquina de la muerte que hasta el momento ha liberado a 6.000 usuarios”. (bit.ly/mlI09o).
Aunque suene un poco absurdo, por lo menos esta práctica busca que los jóvenes no usen las redes sociales como plataforma o como el medio para dar a conocer la decisión de acabar con su vida. Siempre he defendido que el buen uso de las redes sociales junto con el acompañamiento de los padres, es la fórmula más exitosa para que sus hijos aprovechen las ventajas del mundo 2.0.
Por esta ocasión, la reflexión es analizar que es preferible acabar con un perfil en redes sociales, si estás siendo víctima de un acoso, que acabar con la vida. Si debemos denunciar algún abuso que puede llevar a los niños y jóvenes a suicidarse, hagámoslo. Finalmente, les comparto el video que publicó Amanda Todd, antes de morir bit.ly/RDuS2M; todo se hubiese podido evitar sin tan solo aprendiéramos a ESCUCHAR.
Paola Guzmán Vanegas
@paoguzmanv
Coordinadora de Proyecto
SISGECOM
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