Con la alta penetración de internet en la sociedad Colombiana y el auge de las redes sociales, se está evidenciando un problema entre los jóvenes que están en etapa de adolescencia, un problema que tiene que ver con la identidad que adquieren en la red.
Psicológicamente la identidad es el conjunto de patrones que marcan el comportamiento de una persona en la sociedad, el soy, lo que pienso, lo que digo, mi sexo, mi edad, mi profesión, mi familia. Incluso podemos crear un perfil en facebook para darle a conocer a la sociedad lo que nos gusta de la música, del deporte, de la política, de la religión, de la literatura, lo que pensamos de diferentes situaciones.
Sin embargo, la identidad que construyen los jóvenes en la red no siempre refleja la realidad de la verdadera identidad, más bien este espacio se convierte en el lugar en donde los jóvenes diseñan su identidad buscando determinado beneficio o reconocimiento. Es aquí donde la red se convierte en un lienzo listo para que el joven pinte lo que quieren mostrar sin necesidad de representar una realidad.
En la edad de la adolescencia, en donde los jóvenes comienzan a sumergirse en un mundo de cambios en el paso de niño a adulto, es vital e imprescindible mantenerse a la par de sus compañeros para sentirse aceptado por la sociedad, y en los adolescentes esto es algo que puede determinar el rumbo de su vida y que seguramente le ayudará a evitar el matoneo escolar.
Como lo manifestó Aristóteles, “Los seres humanos son seres sociales por naturaleza”, y por eso es que el mundo de las personas no se puede concebir sin establecer una relación social con su entorno, y para lograr establecer esa relación social con su entorno es necesario actualizar esos patrones de comportamiento, los mismos que nos vende el sistema, la moda y la sociedad, y que de no adoptarlo, los jóvenes, corren el riesgo de quedar fuera de onda.
Allí es cuando los patrones de identidad originales comienzan a cambiar, y el joven pasa de la alegría a la tristeza que caracteriza a esta tribu urbana, y lo que en un principio fue un patrón de identidad conjunto que se adquirió por influencia, termina convirtiéndose en patrones de identidad propios.
Esto es identidad permeada, teoría expuesta por Nicholas Christakis médico y sociólogo, profesor en la Universidad de Harvard y James Fowler experto en ciencias políticas de reconocimiento internacional que se especializa en el estudio de las redes sociales, la cooperación humana y la participación política, en su libro Conectados: el sorprendente poder de las redes sociales, libro en donde argumentan que fenómenos como la obesidad, el tabaquismo, el acné o incluso la felicidad, son contagiosos trás realizar estudios estadísticos y analizar diversos modelos reales de redes de personas, los cual son más visibles en las redes sociales.
Puntualmente hablemos de Facebook, allí no es raro sorprenderse y es muy común conocer a individuos en algún sitio determinado en donde uno nota cierta imagen de aquella persona pero a la hora de agregarlo como amigo en nuestro perfil encontramos cosas que distan de lo que conocimos o creíamos conocer.
Seguramente conoces a una persona que muestra ternura y que puede dejar una imagen en la mente, pero cuando ves su perfil de Facebook, encontramos características que no muestra frecuentemente en la vida real.
Según Christakis y Fowler, éstas serían las 5 reglas que rigen la influencia por medio de la red:
1. Somos nosotros quienes damos forma a nuestra red. Decidimos a cuántas personas estamos conectados, modificamos la forma en que nuestros amigos están conectados y controlamos en qué lugar de la red nos encontramos ¿Somos el líder, el rey de la fiesta, o el que se queda sentado solo y en un rincón?
2. Nuestra red nos da forma a nosotros. La vida de una persona que no tiene amigos es totalmente diferente de la de otra que tiene muchos. La calidad de la red no sólo depende de tu número de contactos. Que tus contactos sean contactos de tus contactos fortalece mucho tu posición dentro de la comunidad.
3. Nuestros amigos nos influyen. No sólo importa la forma de la red que nos rodea, sino que es crucial lo que fluye por las conexiones.
4. Los amigos de los amigos de nuestros amigos también nos influyen. Los humanos tenemos tendencia a imitarnos. No sólo copiamos a nuestros amigos, sino a los amigos de nuestros amigos e, incluso, a los amigos, de los amigos de nuestros amigos.
5. La red tiene vida propia. Una estampida, un atasco o la ola humana que recorre un estadio de fútbol son ejemplos muy básicos de cómo las redes tienen propiedades que sus miembros ni controlan ni tan siquiera perciben.
Teniendo en cuenta estas reglas, se podría concluir que la influencia que cada joven cre
a en las redes sociales, puede determinar de manera contundente con la identidad de su grupo de seguidores o amigos pues son expuestos a las características de cómo se quiera mostrar por medio de la red, evitando de esta manera mostrar quiénes son en la vida real, a su vez provocando patrones de comportamientos que los resalten como los más populares para sentirse aceptados dentro de la comunidad digital.
Es aquí donde queda el interrogante de qué hubiese pasado si las redes sociales no existieran, cómo sería el grado de influencia en la vida real de los jóvenes sin tener la posibilidad de ocultar su verdadera identidad detrás de una pantalla.
La identidad en la red es un fenómeno provocado gracias a la tecnología que ha expuesto los comportamientos de las personas por un periodo de tiempo volviéndose moda o por el contrario se volvió el camino para mostrar quienes realmente son las personas, sin miedo a cuestionamientosen donde se divulga por medio de las redes sociales todo lo que realmente se quiere ser.
Diana Carolina Rojas
@nanita8710
Coordinadora de Proyectos
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