La influencia que tienen los medios de comunicación en los procesos políticos electorales es, indudablemente, uno de los intereses más comunes para los candidatos y los partidos que representan. Sin embargo, con el auge del Internet, la comunicación digital se ha convertido en una excelente herramienta que cada día toma más fuerza gracias a la masividad y la rapidez, características propias de las nuevas tecnologías de la información.
Actualmente, la participación activa de la ciudadanía ha sido posible gracias a los canales comunicativos que la Web 2.0 ha puesto a su disposición, permitiéndoles dar a conocer sus posturas y opiniones con respecto a las campañas electorales y determinando, incluso, su intención de voto.
Esta comunicación bidireccional en la que los usuarios interactúan de forma más cercana y dinámica con los políticos, gracias a las redes sociales, ha sido una de las claves del éxito de algunas campañas electorales, como la del mandatario estadounidense Barack Obama, quien se posicionó como presidente gracias a su estrategia de comunicación online. A la fecha, cuenta con 41.5 millones de seguidores en Twitter y 38 millones de “likes” en Facebook.
La efectiva gestión de las comunidades virtuales de Obama, fue el punto de partida para que buena parte de los políticos a nivel mundial decidieran hacer uso de estos canales interactivos como espacios de intercambio de opiniones con los ciudadanos. Además de dar a conocer toda la información concerniente a las propuestas de gobernabilidad, el buen uso de los recursos digitales puede atraer mayor número de seguidores y tráfico en las cuentas oficiales de los candidatos e incrementar su reputación. Así mismo, les permite conocer las posturas de sus partidarios y detractores y, posiblemente, obtener un buen número de votos en las urnas.
De acuerdo con el portal web Colombia Digital, la lista de los políticos más influyentes y seguidos en redes sociales en el mundo está encabezada por el ya mencionado Barack Obama; le sigue Mitt Romney,ex gobernador de Massachusetts con 1.55 millones de seguidores en Twitter y 11 millones de fans en Facebook. El tercer lugar lo ocupa Narendra Modi, ministro jefe del Estado indio de Gujarat, con casi 14 millones de seguidores entre sus cuentas de Twitter y Facebook.
En Colombia, el ex candidato presidencial Antanas Mockus, quien con la Ola Verde logró posicionarse en las redes sociales, actualmente registra 447.274 seguidores en el microblog y 874.869 fans en Facebook. Por su parte, el actual mandatario colombiano, Juan Manuel Santos, suma un total de 3.088.775 de adeptos en sus cuentas digitales. Por último, Álvaro Uribe Vélez, hoy candidato al Senado de la República, tiene 2.83 millones de seguidores en Twitter y 42.802 personas les gusta su perfil oficial en Facebook.
Cifras comparativas de cuentas oficiales de políticos colombianos en Twitter. Fuente: Followerwonk
A partir de estas estadísticas, vale la pena preguntarse si ¿canales como Twitter son realmente utilizados para escuchar a los públicos externos o únicamente para informar?
Si algo ha determinado el uso de las redes sociales es la posibilidad que tienen los usuarios para manifestar sus puntos de vista, como se mencionó con antelación. Sin embargo, tal libertad de expresión es muchas veces el resultado de la desinformación o mala interpretación de los contenidos que medios de comunicación, líderes de opinión y candidatos publican y, al mismo tiempo, es la consecuencia del desconocimiento que estas figuras tienen respecto al público objetivo al cual se dirigen.
Conforme a lo anterior, es indispensable conocer quiénes son los usuarios, cuáles son sus necesidades y en qué entorno político, social, cultural y económico se desenvuelven, antes de idear y poner en marcha una estrategia digital. En este sentido, la misión que desempeñan comunicadores sociales, periodistas y politólogos en el manejo y gestión de la información en procesos electorales es fundamental.
No basta con dotar de contenidos informativos a los usuarios y agobiarlos con propaganda política, NO. Mucho menos omitir, obviar o eliminar sus comentarios con respecto a las campañas electorales y propuestas gubernamentales. De ser así, se estaría cayendo en la plana y poco efectiva comunicación vertical en donde una línea sin regreso es la que marca el camino.
Para poder elaborar contenidos digitales que sean claros y concretos es imprescindible un trabajo previo de observación y análisis de la sociedad, tomando una postura crítica y reflexiva, transparente y propositiva. Haciendo que los contenidos que aparentemente son complejos para los ciudadanos, sean mucho más comprensibles; que den respuesta oportuna a sus inquietudes, que resuelvan sus cuestionamientos; en fin, democratizando las redes sociales.
Ahora bien, después de tener presente a quién, qué y cómo se va a comunicar, es determinante saber cuál es la red social más eficaz y eficiente para la comunicación política.
Si de generar una relación más cercana con los usuarios se trata, Twitter es la herramienta ideal, que de ser gestionada correctamente, puede arrojar buenos resultados en las campañas políticas. Esta red social, permite a los postulantes y su equipo de comunicaciones ofrecer toda la información sobre sus propuestas de una manera dinámica y constante.
Sin embargo, el plus de esta plataforma virtual es el contacto directo que se obtiene con los ciudadanos, medios de comunicación, entidades públicas y privadas, influenciadores y otros públicos de interés. La imagen del político “intocable” es reemplazada por la de un candidato que promueve espacios de diálogo con los usuarios.
De igual forma, la posibilidad de saber en tiempo real cuales son las percepciones sobre el plan de gobierno de los aspirantes electorales es un mecanismo que hace posible tomar medidas a tiempo que redireccionen la campaña acorde con los intereses y necesidades de los votantes. A su vez, permite aclarar cualquier cuestionamiento o comentario desfavorable por parte de algún internauta, a fin de promocionar una imagen que brinde confianza y credibilidad a la comunidad virtual.
Finalmente, cabe resaltar que las actuales campañas políticas abruman con publicidad perturbadora y contenidos repetitivos y, en algunos casos, incomprensibles. De aquí la importancia de utilizar canales comunicativos que informen, escuchen y respondan a los ciudadanos. Que hagan posible una retroalimentación continua que, aunque no garantice un alto número de votos, sí sea un modelo de comunicación política enfocado en las personas, para las personas y con las personas.
Sisgecom
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