La política es siempre un asunto de actualidad, pues abarca el manejo del poder, de los recursos, de los aspectos del Estado, es decir, de lo que nos afecta a todos. De la misma manera, es igualmente vigente destacar que tal manejo político se hace mayoritariamente dentro de los límites de la democracia como sistema de gobierno, cuya bandera es la participación ciudadana, idealmente acompañada de la existencia de debate público y de competencia política.
Sin embargo, hoy en día la característica definitoria de la democracia es uno de sus procedimientos, como lo son las elecciones, en las cuales, el conjunto de la población se moviliza con el fin de elegir sus representantes. Por lo tanto, este ejercicio político nunca es neutro; por el contrario, la gran afluencia de intereses que entran en juego generan pasiones y controversias, puesto que constantemente se dan debates y competencias acerca de lo que predomina en la sociedad en cuanto a ideas, valores y creencias.
Es precisamente en este punto donde se hace necesario dotar de una voz a los ciudadanos, y, teniendo en cuenta las dinámicas de predominio de la tecnología, la escasez de tiempo y abundancia de ocupaciones que impiden dedicarse a la indagación política, o la simple cultura política de apatía predominante en la actualidad debido a una pérdida de legitimidad de las instituciones y partidos políticos, es un imperativo hacer notar que esa voz hoy en día la constituyen las redes sociales.
En tiempos como los actuales, donde la cotidianeidad por la ilegalidad, la cultura del no acatamiento y la apatía por parte de la ciudadanía hacia temas políticos, son bastante notorios, surgen las redes sociales como espacios de discusión, donde confluyen múltiples opiniones y sobre todo como posibilidad de posicionamiento de nuevos temas, tendencias e inclinaciones políticas por el apoyo o rechazo frente a distintas formas de manejo del poder.
Sin entrar a discutir el verdadero nivel de realidad en esas interacciones entre usuarios alrededor de temas políticos, una cosa es cierta y es que quizá uno de los factores que explican este boom de la comunicación de las redes sociales es la ilusión que se construye de una charla de igual a igual entre representantes y representados, una sensación de horizontalidad que genera identidades, conexiones sociales y sentimientos de empatía que perfectamente pueden ser factores claves en el momento de dar un voto.
En adición a esto, los pros y los contras también hacen parte en éstas interacciones; es de resaltar la ventaja de la rápida difusión de la información proveniente de líderes políticos o actores importantes a la cual la población puede dar respuesta manifestando sus opiniones, el problema es de veracidad y seriedad de la misma.
Es decir, preponderantemente en el aspecto político, las redes sociales son una nueva herramienta a la mano de todos, y dependiendo de su uso pueden o no arrojar los resultados esperados.
A manera de ilustración, las últimas elecciones presidenciales en México llevadas a cabo el 1 de julio de éste año donde resultó ganador Enrique Peña Nieto, que devolvió el poder al PRI, estuvieron marcadas, aparte de éste hito histórico, por la gran cantidad de agresiones en redes sociales durante las campañas electorales a éste candidato que entre otras manifestaciones, se concretaron en el nacimiento del movimiento “YoSoy132” como una forma de protesta principalmente por parte de estudiantes de educación superior en México, tanto de instituciones públicas como privadas que buscaba, entre otras demandas la democratización de los medios de comunicación y que tuvo su auge debido al uso de herramientas tecnológicas, especialmente redes sociales como Twitter.
En contraposición, también podría resaltarse el caso de Colombia en las últimas elecciones presidenciales del 2010 en las cuales, en apariencia, el ganador sería Antanas Mockus gracias al amplio apoyo que recibió en las redes sociales debido a la utilización de éstas para transmitir una idea de renovación y de no vinculación a las viejas maquinarias partidistas, que cautivó principalmente a población joven, que durante la campaña mostró una empatía que se quedó en simple intención de voto no realizada, lo que llevo a que el victorioso fuera Juan Manuel Santos.
En síntesis, las redes sociales en temas políticos y especialmente en épocas electorales cumplen la función de conexión, con la sorprendente ventaja de amplia capacidad de convocatoria. El problema radica en que muchas veces esa convocatoria no es concretada, y usualmente se mantienen constantes los sentimientos de apatía dejando los apoyos, rechazos u opiniones simplemente en un mensaje en la web.
Las redes sociales brindan una amplia posibilidad de opinión que debería ser puesta en práctica, es necesario ser un actor real, no basta con intentar hacerlo.
La política 2.0 . es una realidad. Pero ¿qué partido político realmente sabe usarla?
Angélica Aparicio
Operadora Redes Sociales
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