Facebook y Twitter son las redes sociales preferidas por quienes incurren en este tipo de delito. La trata de personas ya ha cobrado la vida de algunos jóvenes, quienes se han visto en la obligación de abandonar sus estudios y sus familias, imaginando un mundo de oportunidades que jamás existirá.
Investigaciones realizadas por las autoridades colombianas, aseguran que la inclusión de una joven colombiana en el mercado de Hong Kong, Singapur o Japón, puede costarle a la red entre 4.200 y 6.700 dólares. Adicionalmente, aseveran en que las redes sociales se han convertido en los escenarios perfectos para captar el “mercado”.
Uno de los debates que se ha generado en torno al uso de las redes sociales, ha sido precisamente la ausencia de control por parte de los padres y autoridades competentes. Cualquier persona con acceso a internet puede crear su propio perfil. Y a pesar de que limite la mayor cantidad de información posible, las redes de trata de personas logran identificar a sus víctimas con sólo la fotografía de perfil y el nombre que en él aparece.
La promesa de un trabajo bien remunerado o una casa en otro país, siguen siendo el “anzuelo” por el que muchos jóvenes caen en manos de las redes. Una vez que están lejos de sus casas y sin recursos, son sometidos a la prostitución.
Quiero compartirles un caso que tuvo bastante eco a través de los medios de comunicación en Colombia. Esto lo hago con el fin de despertar el interés de los adolescentes para que alerten a sus padres y a las autoridades sobre este delito. Cualquier joven puede estar siendo contactado en este momento… hago una invitación a denunciar y a tomar todas las medidas de seguridad posibles, entre ellas, activar todas las opciones y restricciones que ofrecen redes sociales como Facebook, no aceptar la invitación de personas extrañas; para Twitter les recomiendo no seguir a personas que aseguran llevarte al estrellato, entre otros.
“Un momento difícil de la vida hizo que Diana Ospino terminara captada, torturada y violada por un hombre que le prometió un mejor futuro en Argentina. Hoy, casi 4 años después, lucha para que más mujeres no sean atrapadas por redes de trata de personas.
El camino para ser una víctima más comenzó cuando esta mujer tenía 23 años y se quedó sin trabajo en el 2008. “Mi sueño era llegar a la pantalla chica o a una producción de cine, pero por falta de una oportunidad laboral decidí irme. Eso pasó cuando por Internet conoció a un hombre con el que tuvo conversaciones durante dos años. “Yo buscaba contactos, no relaciones. Me acababa de separar y mi hija era muy pequeña”.
Sin embargo, este hombre la envolvió diciéndole que trabajaba para un diario importante y que tenía un hermano que trabajaba en una de las mejores productoras de Buenos Aires. “Él se llama Sergio Moreno y un día me dijo: ‘Qué mal estás en tu país. Aquí podemos hacerte famosa’. Entonces me arriesgué”
Cuando Diana le comentó a su ‘amigo’ que había logrado entrevistas, él le dijo las primera palabras del comienzo de su drama: “Tú viniste a otra cosa. Vos me perteneces”. “En ese momento me quitó el pasaporte y la plata delante de mi niña y, ante mi rebeldía, me dio una golpiza terrible y hasta me rompió los dedos”.
El hombre que, según Diana, la violó y la torturó “sigue libre y buscando mujeres por Internet. No sirvieron de nada mis denuncias. bit.ly/XRZ1UO
Finalmente, tengan cuidado con mensajes como el siguiente: Si deseas una magnífica oportunidad con altos ingresos, ya no busques más! Por expansión de gestiones a Latinoamérica necesitamos urgentemente señoritas que deseen desempeñarse en los rubros mencionados. No se requiere experiencia (proveemos capacitación). Damos preferencia al “look latino” natural, dado a que tenemos suficientes participantes rubias.
Y no se queden callados, denuncien!
Paola Guzmán Vanegas
@paoguzmanv
Coordinadora de Proyecto
SISGECOM
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